Puede que el nombre de Robert Johnson no te suene de inmediato, pero su legado ha dejado una huella imborrable en la música y la cultura popular. Considerado por muchos como uno de los más grandes músicos de blues de la historia, su vida está envuelta en misterio y leyendas que han alimentado su mito a lo largo de los años.
El 8 de mayo de 1911, nace Robert Leroy Johnson y como ha sucedido con otros grandes personajes de la historia, la vida de Robert está rodeada de misterios y leyendas que lo hacen ver como un genio sobrenatural; como el hecho de que sólo existan dos fotografías conocidas de él, que sea parte del club de los 27 (músicos o famosos que murieron a esa edad), y principalmente, la leyenda que cuenta que vendió su alma al Diablo a cambio de volverse un guitarrista excepcional.
Durante la adolescencia, Robert tocaba esporádicamente en las esquinas o puntos de reunión para la gente de color llamados «juke joints» en las afueras de la ciudad, aunque sin lograr ser relevante. Más tarde y a la edad de 19 años, se casa con Virginia Travis, aceptando dedicarse a trabajar en el campo y olvidarse de la guitarra. Sin embargo, cuando Virginia se embaraza en 1930 y deciden que se vaya con su madre para estar mejor atendida durante el embarazo, Robert aprovecha para tratar de aprender a tocar la guitarra viendo a Son House, uno de los mejores músicos de blues en ese entonces, y durante los descansos de Son tomaba la guitarra para tocarla, haciéndolo tan mal, que el público se molestaba y le gritaban que se detuviera. Desgraciadamente, cuando llega a casa de su suegra para el nacimiento de su hijo, se entera que su esposa y el bebé murieron durante el nacimiento y aunque esto significó un golpe terrible en su vida, no logró quitarle su pasión por la música.
Es entonces cuando se dice que Robert desapareció junto con su guitarra durante un tiempo del Delta (región del noroeste de Mississippi que también cubre un poco de Arkansas y Louisiana) y regresó siendo el mejor guitarrista de blues de todo el área. La leyenda dice que cierta noche en que la luna no apareció, Robert se dirigió a una encrucijada desierta para encontrarse con el Diablo y éste se ofreció a afinar su instrumento, pero antes de devolvérselo, le dijo que a cambio tenía que darle su alma. Robert aceptó el trato y es así, que al regresar al lugar donde tocaba Son House, él y el resto de la audiencia no podían creer el gran nivel que había alcanzado, incluso superando al propio Son y a los mejores guitarristas de todo el Delta.
Esta leyenda sólo ha servido para hacer a un gran músico todavía más grande y como lo mencioné antes, Robert Johnson, con tan solo 29 canciones grabadas, fue una de las influencias más grandes para muchos de los músicos que le dieron vida al Rock & Roll, entre los que se puede contar a Brian Jones y Keith Richards de The Rolling Stones; Eric Clapton de Cream; Robert Plant de Led Zeppelin; Fleetwood Mac e incluso Bob Dylan, quien escribió en su autobiografía «Chronicles: Volume One» publicada en 2004: «Si no hubiera escuchado las grabaciones de Robert Johnson cuando lo hice, habría probablemente cientos de líneas escritas por mí que nunca hubieran existido, que nunca me hubiera sentido lo suficientemente libre o lo suficientemente inspirado para escribir».
La influencia de Robert Johnson trasciende la música y ha llegado al cine. En 1986 se lanza la película «Crossroads«, protagonizada por Ralph Macchio (Karate Kid) y dirigida por Walter Hill, en la que se cuenta la historia de un joven guitarrista de música clásica que ama el blues y trabaja en un asilo de ancianos. En este lugar conoce a Willie Brown, un viejo músico de blues que hizo un pacto con el diablo mucho tiempo atrás. Este joven ayuda a Willie a escapar del asilo con la promesa de dirigirse a la encrucijada en el Delta del Mississippi para conocer más acerca de la leyenda de Robert Johnson, su encuentro con el Diablo y enseñarle una canción perdida compuesta por el mismo Robert.
Si te interesa profundizar en su historia, el documental de Netflix ReMastered: La Encrucijada del Diablo ofrece una mirada detallada a su vida y las leyendas que lo rodean.
La película Sinners, dirigida por Ryan Coogler y estrenada recientemente, se sumerge en el folclore del blues y las leyendas del sur de Estados Unidos. Ambientada en los años 30 en Clarksdale, Mississippi, la historia sigue a dos hermanos que regresan a su ciudad natal para abrir un juke joint, enfrentándose a fuerzas sobrenaturales que amenazan con consumir la cultura local. Uno de los personajes clave, Sammie Moore, está inspirado en la figura de Johnson. Interpretado por el músico Miles Caton, Sammie es un joven prodigio del blues cuya música tiene el poder de convocar tanto a los vivos como a los muertos. La película explora temas como la espiritualidad afroamericana, el racismo y la lucha por preservar las raíces culturales frente a amenazas externas.
Y no es posible escribir sobre un artista sin mencionar su obra, es por esto que la mejor vía para conocer a Robert Johnson es mediante sus 29 canciones; esas 29 obras en que su forma de tocar, sus grandes letras y el sentimiento que le imprimía al cantar, lo volvieran el más grande músico de Blues clásico y uno de los abuelos del Rock & Roll. Es por esto que no debes desaprovechar la oportunidad de escuchar aquí su legado y tal vez descubrir, como muchos lo han hecho, que la música de Robert Johnson tiene algo de sobrenatural:
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